El espacio para la identidad.
El folklore no está en el pasado.
Es presente, pero sí, es ambiguo;
es mestizo,
conquistado.
Lo obtenido siempre será documento,
La memoria tiene que ver con el pasado, con el ahora y con lo posible.
La memoria tiene elementos tácitos.
Construir lenguajes denominativos por insistencia,
por metáfora para nombrar,
que esto no deja de ser un pretexto para acurrucarme en ti.
Esta es la memoria
de que algo hubo, hay y habrá.
Para identificar hay que reconocer,
pero hay que conocer primero,
educar.
El espacio contemporáneo es incapaz de albergar gravedad
como los senos de plástico y los rostros sin edad.
Para construir signos,
hay que rozar,
señalar,
indicar.
La representación es imaginación más realidad.
Desde el lugar del mundo en que me toca habitar
debo recordar que la tierra se mueve.
Febrero 2010. Santiago. Chile. Latinoamérica.