El cementerio en invierno, el bullicio urbano, el ruido de construcciones cercanas, el cambio del entorno, la humedad del lugar, las procesiones constantes, lo inquietante en la supuesta quietud, produjeron un tenor melancólico en el desarrollo de la obra que terminó siendo un acto de remembranza en su concepción.
En el hábitat de estas reflexiones, la ciudad se vuelve un escenario tan significante como mutante en el presente. Un cambio que está en el ahora, que está sucediendo en el paisaje de toda la ciudad.
La propuesta de ciudad contemporánea no parece nítida, no se percibe la armonía entre el pasado, el presente y, por ello, es difícil avizorar un futuro.
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